jueves, 7 de agosto de 2008

carlos arcos: ¿por qué no al no?

¿Por qué no al No?

Por Carlos Arcos Cabrera


La Constitución, aquí y en cualquier país del planeta, es un texto complejo y difícilmente se puede estar totalmente de acuerdo en todos y cada uno de sus contenidos. Aspectos altamente positivos coexisten con aspectos que definitivamente no nos agradan o no concuerdan con nuestra escala de valores. Allí reside la dificultad que entraña decidir sobre el texto constitucional como un todo. ¿En qué criterios fundar una decisión? Existe un conjunto de tópicos en los cuales son evidentes los avances entre el texto de 1998 y de 2008. En este artículo trataré sobre los derechos de pueblos originarios, de afrodescendientes y montubios.

El Ecuador se constituyó como sociedad y como Estado basándose en una doble operación: por un lado, en la más cruel explotación, especialmente de los indios y, en la más brutal exclusión tanto de indios como de afrodescendientes. Ni aún la Revolución Liberal pudo cambiar significativamente esta realidad. Fue un gran logro del movimiento indígena ecuatoriano que la Constitución de 1998 definiera al Estado como intercultural y plurinacional, y que reconociera formas de organización territorial como las Circunscripciones Territoriales Indígenas.

Los avances constitucionales de 1998, en esta cuestión crucial para Ecuador, se reflejaron, antes que en acciones concretas, en un cambio muy marcado en la forma como nos vemos y percibimos como ecuatorianos. Esto es muy importante. El viejo Ecuador y su concepción de nación de blancos cedían paso a una mirada distinta en que la diferencia ya no era necesariamente sinónimo de desigualdad, aunque persistiera en la cotidianidad el racismo y la discriminación.

La propuesta constitucional consolida esos avances y planea nuevos retos al caracterizar al Estado ecuatoriano como intercultural y plurinacional. ¿Un mero cambio de palabras? No. La primera definición reafirma que nuestro país es un mosaico de culturas en el contexto de una unidad política. Los derechos y obligaciones que de allí se derivan no es algo que compete a indios, afrodescendientes y montubios sino al conjunto de la sociedad ecuatoriana. Se reafirma una visión, interrelacionada en el tejido social, de la pluralidad cultural que caracterizó a nuestra sociedad desde el "hecho colonial".

Considerar al Estado como plurinacional implica una reafirmación y ampliación de los derechos de estos grupos, y la creación de condiciones para que en la nueva organización estatal, en el contexto de las autonomías y de la descentralización, tengan cabida sus formas de organización territorial y política. Autonomía y lo plurinacional están indisolublemente ligadas.

Esta decisión permite reconocer a la justicia indígena en el marco del más estricto respeto a los derechos humanos. Es un nuevo aspecto. El avance brevemente reseñado es una de las razones para decir no al No y apoyar el Sí a la nueva propuesta constitucional.
Tomado de HOY