martes, 6 de enero de 2009

la guerra en gaza, barenboim, judíos y palestinos

Me ronda la idea, obvia por lo demás, a raíz de la guerra en Gaza y de los bombardeos de Israel a la población palestina, que no por porque alguien pertenezca al pueblo judío neceariamente es enemigo del pueblo palestino o viceversa. Y me ronda porque a veces con estos conflictos se tiende a generalizar la acción de un gobierno y a acusar a los pobladores de un lugar por culpa de las acciones de ese gobierno.

Está por un lado el Gobierno de Israel, reaccionario, invasor que a ultranza quiere destruir a Hamas y por ello sin ningún miramiento ataca Gaza y a sus ocupantes con armas de alta tecnología y potencia, haciendo gala de los recursos de los que dispone, y pone en el mismo saco de los enemigos también al pueblo palestino; y por otro hay sectores del pueblo judío que no comparten la posición de su estado ni su gobierno, que aspiran la paz y la sana convivencia entre judíos y palestinos y condenan lo que está haciendo sus autoridades, al igual que tantos palestinos y judíos dispersos por el mundo que también condenan esta actitud.

El 31 de diciembre EL PAÍS publicó una carta abierta de Daniel Barenboim , el pianista y director de orquesta judío a quién se le otorgó hace un tiempo la nacionalidad palestina por su afán de unir a los dos pueblos, que creo vale la pena leer (publicada inicialmente en inglés "Gaza and the New Year" en su sitio oficial) en la que dice "¿tiene derecho el Gobierno israelí a culpar a todos los palestinos por las acciones de Hamás? ¿Debe ser culpable toda la población de Gaza por los pecados de un grupo terrorista? Nosotros los judíos, debemos saber y sentir más agudamente que otras poblaciones lo inaceptable e inhumano del asesinato de civiles inocentes. El Ejército israelí ha argumentado pobremente que la franja de Gaza está tan superpoblada que es imposible evitar la muerte de civiles durante los ataques (...) La debilidad del argumento me lleva a formular nuevas preguntas: ¿Si la muerte de civiles es inevitable, cuál es el propósito del bombardeo? ¿Cuál es -si la hay- la lógica de la violencia y qué espera lograr Israel a través de ella? Si el objetivo de la ofensiva es destruir a Hamás, la pregunta más importante es si esto es una meta alcanzable. Si no, los bombardeos no son sólo crueles, bárbaros y reprensibles, sino también absurdos." (Transcribo al final de este post la carta entera)


Foto: EFE

También me encuentro con un escrito en el blog del español Luis Solana del 29 de diciembre con el título Barenboim ¿no te hace dudar? en respuesta a una nota también publicada por EL PAÍS, sobre las declaraciones del día anterior (28 de diciembre) de Daniel Barenboim ("Barenboim: 'La ola de violencia desatada en Gaza es inaceptable' en la que pedía una "inteligencia mayor" a Israel para evitar responder a los misiles enemigos 'matando gente' "). Dice Solana "Estoy seguro que esta operación militar contra los militantes de Hammas está muy pensada y muy pactada. Muy pensada en los Estados Mayores israelíes. Muy pactada con las grandes potencias y con las naciones árabes del oriente medio."

Creo que este es precisamente el trasfondo de esta guerra que cobra vidas de inocentes entre los que se cuentan niños. Creo que lo que sucede en el Medio Oriente es algo ante lo cual no se puede cerrar los ojos porque lo mismo pueden las grandes potencias usar el argumento de la lucha contra el terrorismo en cualquier lugar del planeta jugando con la vida de más inocentes.

Regreso al comienzo de este escrito y mi reflexión también gira en torno a la preocupación sobre el que esta acción de Israel traiga consigo también ataques indiscriminados en otros lugares del planeta a judíos o palestinos al asociarlos con las actitudes del gobierno de Israel o de Hamas.

También creo que es ahora cuando la comunidad internacional y los ciudadanos de todos los países debemos estar más atentos, hablar del tema, comunicar a otros lo que sucede, organizar, realizar y participar de diversas acciones, como las manifestaciones que ya se están realizando en diferentes lugares para que también los gobiernos tomen acciones que obliguen a Israel a terminar con su acción destructiva y para que este tipo de cosas no sigan ocurriendo en el planeta.

Es ahora cuando debemos estar más atentos y activos...

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EL PAÍS:
ANÁLISIS: El conflicto de Oriente Próximo

Carta abierta del director de orquesta hispanoargentino Daniel Barenboim ante los bombardeos de Israel en Gaza
DANIEL BARENBOIM 31/12/2008


Sólo tengo tres deseos para el próximo año. El primero de ellos es que el Gobierno israelí se dé cuenta de una vez por todas de que el conflicto en Oriente Próximo no puede ser resuelto por la vía militar. El segundo es para que Hamás tenga presente que sus intereses no se imponen con la violencia, y que Israel está aquí para quedarse. El tercero es para que el mundo reconozca que este conflicto no tiene parangón en la Historia. Es complejo y delicado; es un conflicto humano entre dos personas profundamente convencidas de su derecho a vivir en el mismo y minúsculo pedazo de tierra. Es por esto que ninguna diplomacia o acción militar puede resolver este conflicto.

Los hechos de los días pasados me preocupan en exceso por muchos motivos humanos y políticos. Es evidente que Israel tiene el derecho a defenderse, que no puede y no debe tolerar los continuos ataques con misil en contra de sus ciudadanos, pero el incesante y brutal bombardeo del Ejército israelí en Gaza me ha despertado algunas interrogantes.

La primera pregunta es ¿tiene derecho el Gobierno israelí a culpar a todos los palestinos por las acciones de Hamás? ¿Debe ser culpable toda la población de Gaza por los pecados de un grupo terrorista? Nosotros los judíos, debemos saber y sentir más agudamente que otras poblaciones lo inaceptable e inhumano del asesinato de civiles inocentes. El Ejército israelí ha argumentado pobremente que la franja de Gaza está tan superpoblada que es imposible evitar la muerte de civiles durante los ataques.

Nuevas preguntas

La debilidad del argumento me lleva a formular nuevas preguntas: ¿Si la muerte de civiles es inevitable, cuál es el propósito del bombardeo? ¿Cuál es -si la hay- la lógica de la violencia y qué espera lograr Israel a través de ella? Si el objetivo de la ofensiva es destruir a Hamás, la pregunta más importante es si esto es una meta alcanzable. Si no, los bombardeos no son sólo crueles, bárbaros y reprensibles, sino también absurdos.

Si, por otro lado, es realmente posible destruir a Hamás con operaciones militares, ¿cómo imagina Israel la reacción en Gaza después de ello? Un millón y medio de residentes de la Franja no se arrodillarán reverencialmente ante el poderío del Ejército israelí. No debemos olvidar que antes de que los palestinos eligieran a Hamás, Israel los apoyaba en una táctica para debilitar a Arafat. La historia reciente de Israel me lleva a creer que si Hamás es bombardeado hasta su desaparición, otro grupo ocupará su sitio, una formación más radical, más violenta y más llena de odio hacia Israel.

Israel no puede permitirse una derrota militar por miedo a desaparecer del mapa, pero la Historia ha probado que toda victoria militar ha debilitado políticamente a Israel por la aparición de grupos radicales. No subestimo la dificultad de las decisiones que debe de tomar el Gobierno israelí a diario, ni subestimo la importancia de la seguridad de Israel. No obstante, me aferro a mi convicción de que el único plan viable para la seguridad de Israel es ganarse la aceptación de todos sus vecinos. Deseo que en 2009 regrese la inteligencia siempre atribuida a los judíos. Deseo el regreso de la sabiduría del rey Salomón para que aquellos que toman decisiones en Israel la usen para entender que los palestinos e israelíes tienen los mismos derechos humanos.

La violencia palestina atormenta a Israel y no sirve a la causa; la venganza militar de Israel es inhumana, inmoral y no garantiza la seguridad. Como he dicho anteriormente, los destinos de dos personas cuyos destinos están relacionados inextricablemente, lo que les obliga a vivir lado a lado. Son ellos los que deciden si quieren hacer de esto una bendición o una maldición.