viernes, 19 de noviembre de 2010

vivo en un país de gerundios

aun, después de tantos años, me asombra la forma de hablar y de escribir de los chilenos, y no me refiero a las S que no suenan o a la YE que acá se llama I-GRIEGA o al ¿CACHAI? que suena mas bien ¿KSHAI? o al SUSHI que solo acá se llama SUCHI; tampoco me refiero al WON o WONA que reemplaza al nombre, con tanta soltura de cuerpo que, finalmente, en una conversación de dos, las dos personas se llaman igual.

Tampoco me refiero a lo limitado del vocabulario cuando el castellano es tan rico en palabras. No, hoy nada mas me refiero a dos tiempos gramaticales reiterativos y protagonistas del hablar cotidiano, del de la gente común y corriente, de la que pasa por la calle, también de los textos en los periódicos, de los periodistas, locutores, animadores, opinadores u OPINÓLOGOS, como les suelen llamar a esos que saben de todo y no dicen nada, y entonces me pregunto ¿cómo un país puede vivir en gerundio y en pasado pluscuanperfecto cuando, en primer lugar, se puede simplemente hablar en pasado, presente y futuro, o también usar los demás tiempos gramaticales, que son tan variados? Y, para ser honesta, también los periodistas ecuatorianos, que son los que se oyen a través de las emisoras y canales que emiten a través de internet empiezan a sucumbir al poder de los gerundios.

Esto me hace acordar de esos interminables deberes de gramática de la primaria, cuando había que conjugar los verbos, regulares e irregulares, en todos los tiempos gramaticales y que parecía que nunca terminaban...