lunes, 13 de junio de 2011

habitar la ciudad no es lo que quiere la autoridad

que hay que tramitar para poder transitar para reclamar por el derecho a tener derecho.

Que para defender tus derechos y los de la naturaleza requieres que quien manda en la ciudad te de el visto y el bueno, aunque eso no impida que la policía tenga orden de detener, o hacer como que no vio a la gente pasar porque quedó atrás de las patas de los caballos o de su nube de gas.

Que la quieres y la habitas, pero también la deseas propia y no de la autoridad.

Los habitantes de la ciudad no son los que la ocupan ni los que llenan calles y plazas para cruzar por ella, sino los que la sueñan suya y compartida y que las llenan para expresarse y apropiarse, porque saben que les hereda el nombre de ciudadanos; porque quieren guardar la herencia de libertad y no de ciudad sitiada por la autoridad.