La escritura, lo que esté ligado a la información, el periodismo, lo que tenga que ver con medios y la música que es el motorcito que va por dentro imprimiento energía, soporte para no caer cuando estoy al borde y para caminar en armonía .
El mejor incentivo fueron las clases de "apreciación musical", cuando iba al instituto de música, con el franciscano catalán padre Jaime Manuel Mola, el único que tocaba el órgano de la Catedral, y dirigía el coro. Tenía 10 años y las clases de apreciación eran todo o lo más esperado, le mejor.
Un día tocó "Piccolo y Saxo", fue la pócima mágica que encendió el amor por la música, y fue determinante. La obra de André Popp sobre la historia de las familias de instrumentos, la historia de una orquesta, los que tenían vida propia, sonidos únicos fue una sucesión de emociones que aun las tengo presentes; el sonido del pequeño piccolo me envolvía y aún hora cuando lo escucho siento la misma emoción. Nunca más lo escuché, nunca lo conseguí y ahora también es una película que no he visto y me pregunto si tendrá toda la magia que la obra inicial tuvo.